miércoles, 20 de mayo de 2015

De niños y superestrellas

El municipio instó a las Ligas de fútbol infantil a modificar los modos de disputa de los torneos. El dramatismo y las presiones alejan a los chicos del deporte. La iniciativa nace justo cuando media docena de hijos de este fútbol alcanzaron la gloria. Messi, Mascherano, Samuel, Banega, Garay y Lavezzi llegaron al más alto escalón a nivel mundial.


Alejandro Mangiaterra | Cruz del Sur


Como cierre de una semana en la que el municipio firmó el acuerdo con las tres Ligas que aglutinan al fútbol infantil de Rosario y zona de adyacencia, el futbol profesional regó de títulos a los hijos de estas tierras. Los nacidos en la pampa húmeda futbolera siguen cosechando los frutos de su formación pero sobre todo de su profesionalismo. Lionel Messi, Javier Mascherano, Ever Banega, Walter Samuel, Ezequiel Garay y Ezequiel Lavezzi fueron protagonistas laureados.


Esta semana, la intendenta Mónica Fein, asesorada por la secretaría de deportes, levantó su voto para que se produzcan cambios sustanciales en la estructura de la formación de jugadores. La idea es evitar que la competencia se trasunte en presión y dramatismo para los chicos que tienen como único objetivo el aspecto lúdico. El debate está en marcha. Las modificaciones a las que se someterán las bases del fútbol infantil tendrán sus resultados más lejos en el tiempo. Mientras tanto hoy los jugadores nacidos a orillas del Paraná brillan en todo el mundo exponiendo que la calidad y la cantidad no están en discusión. Lo que si se ha puesto en tela de juicio es el modo de relacionarnos entre nosotros y con los chicos, en torno de los más chiquitos.

Parece una paradoja que en medio de los festejos internacionales de los hijos del fútbol rosarino se cambien las reglas de base que los hicieron crecer y desarrollarse. Sin embargo, no lo es tanto. Es, más bien, una corrección a la formación efectiva pero cruel y despótica a la que hoy se someten todos los chicos, incluso los que no llegan.


Los cambios que vienen


El estado debe abonar a la formación de todos los chicos que se acercan al deporte y no apostar sólo al minúsculo porcentaje que llegará a ser parte de la elite y el profesionalismo, como suele ocurrir en la mirada de los grandes clubes. Es por eso que la Municipalidad firmó un acta acuerdo con la Asociación Rosarina de Fútbol, la Asociación Rosarina de Fútbol Infantil (Arfi) y la Asociación Rosarina de Deporte y Turismo Infantil (Ardyti), para la unificación de criterios, y entre ellos, está el de quitar la competitividad y eliminar las presiones de los chicos que juegan al fútbol.

La iniciativa impulsada por la Municipalidad de Rosario compromete a todas las partes involucradas a respetar, difundir y promover la práctica deportiva de forma lúdica, sin presiones y de carácter formativa. Por lo cual, se eliminará la tabla de posiciones para los chicos de 6 a 9 años y se quitará el carácter competitivo.

Serán 66 los clubes involucrados en este compromiso, el cual fue coronado en un encuentro denominado Rosario es Fútbol Infantil, un reconocimiento del municipio hacia los niños que practican este deporte en la ciudad realizado en el Monumento, con saludo grabado de los rosarinos más exitosos en el plano futbolístico.

Incluso se aspira a más. El concejal Aldo Pedro Poy expresó, a modo de adelanto en la reunión informativa que la intendenta organizó en el Palacio de los Leones para la prensa, que desea apuntalar el proyecto de incluir el “tercer tiempo” luego de los encuentros del futbol infantil. De este modo, se pretende que la inclusión sea aún mayor entre los chicos.

Uno de los principales elementos a desarticular es el papel beligerante que cumplen los padres en las actividades que realizan sus hijos.
Por tal motivo, habrá variantes también en la responsabilidad e injerencia del estado aportando profesionales: profesores de educación física, psicólogos y pedagogos a las todas las instituciones, desde los clubes de barrio hasta los más grandes de la ciudad.


Las dudas sobre el proyecto


Los principales argumentos en contra de las modificaciones están sostenidos en que la competencia potencia las aptitudes de los deportistas. Es una verdad de perogrullo que cualquier deportista eleva sus capacidades a medida que va enfrentando mayores dificultades y convive con el alto rendimiento.

Con esa evidencia se enarbolaban las banderas en contra de la implementación de estas variantes reglamentarias en el fútbol infantil. Sin embargo, lo que lo deja sin efecto es que sólo afectará a la etapa infantil, en la que la competencia no debería hacer mella en el futuro desarrollo del futbolista profesional.

Es más, esta idea hará que más chicos participen de las actividades porque los clubes estarán obligados a utilizar a todos los intervinientes y no sólo a aquellos que a una edad temprana se destacan. Incluso, la mayor deserción en el plano deportivo se da en la adolescencia cuando los chicos acumulan años y años de presiones de los padres, de los entrenadores y de las exigencias del entorno que los erige en presuntos salvadores.


Los de elite de festejo


Como si se tratara de un eco que retumba en los sitios más remotos del mundo y como corolario de estas jornadas de homenaje a los chicos, más de media docena de jugadores nacidos por aquí festejaron títulos en Europa. Lionel Messi y Javier Mascherano, surgidos en Grandoli y Renato Cesarini (luego de sus inicios en Cerámica y Barrio Vila), gritaron campeón en la Liga Española, mientras esperan repetir nada menos que en la Champions League y la Copa del Rey.

También gritó campeón Ezequiel Lavezzi. El chico que nació en Coronel Aguirre de Villa Gobernador Gálvez hoy es figura al pie de la Torre Eiffel, en el París Saint Germain, dueño de su tercer título local de forma consecutiva.

A  2800 kilómetros del festejo del Pocho, celebra el rosarino Ezequiel Garay. El defensor, que aprendió las bases de su fútbol a pocas cuadras de la cancha de Tiro Federal y se formó en Newell’s, se consagró campeón de la liga rusa con el Zenit de San Petesburgo, donde hoy milita.
Por su parte, Walter Samuel, de formación leprosa aunque de inicios en Argentino de Firmat, se coronó campeón este fin de semana con el FC Basel en la Super Liga Suiza, donde actúa desde hace el año pasado.

Por último, en Sevilla, Ever Banega, de pasado reciente en Newell’s y de formación en Alianza Sport, se ha forjado casi un título nobiliario. El vigente campeón de la Europa League estará en la final por segundo año consecutivo y eso para los sevillanos es más que una corona de laureles.

Sin embargo, cada una de esas mega-estrellas ha tenido en su etapa formativa no menos de diez compañeros y amigos que no tuvieron el mismo desarrollo y el mismo destino de elite. Por lo tanto, el deporte debe funcionar como captador y distribuidor de valores, los mismos que hoy escasean, y así formar a jóvenes que absorban la cultura del deporte aunque no almacenen un trofeo por año o una inmensa cuenta bancaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario