A un año de haber asumido la
responsabilidad de formar jugadores en las Divisiones Menores de Newell’s,
Martín Mackey realiza un balance del proyecto que aún está en etapa germinal pero
que tiene aristas para empezar a analizar. El hombre al que lo motorizan los
desafíos encontró en la posibilidad de elevar su propia vara de exigencia en la
Lepra, en un contexto diferente, con mayor exposición y en un contexto
desfavorable.
Alejandro Mangiaterra | Cruz del Sur
—¿Por
qué decidiste hace un año cambiar el confort que tenías en la UAR y asumir este
nuevo proyecto?
—Fueron
7 años alucinantes, de mucho esfuerzo, de mucho tiempo fuera de mi casa y de
mucho estudio. Yo estaba en un lugar en el que –aunque nadie tiene nada
asegurado– yo podría haber seguido desarrollando mi trabajo muchos años más. Mi
función estaba mucho más allá de si Los Pumas ganaban o perdían. Siento que
cuando me fui dejé una UAR mucho mejor que la encontré cuando llegué. Para
algunos los resultados habrán sido buenísimos, para otros no tanto, pero eso
tiene que ver con lo que ve el de afuera. Nosotros internamente, los que
trabajamos ahí, sabemos que lo que se construyó fue impresionante. De una
estructura amateur pasamos a jugar el Rugby Championship, el Súper Rugby,
terminar cuartos en un Mundial con un producto netamente desarrollado en tu
país. Por eso, fue una decisión de vida tomar este desafío en Newell’s.