Julio Velasco, entrenador del seleccionado
argentino de voley, pasó por Rosario y dejó múltiples conceptos en sus charlas
y clínicas. También habló sobre fútbol y sus presiones, dijo que se exageró su
encuentro con Guardiola y analizó el presente de la disciplina. Además, fue
distinguido como “visitante distinguido” de la ciudad de Rosario.
El técnico de la selección argentina de
vóley, Julio Velasco, realizó durante el fin de semana una intensa gira
pedagógica por la ciudad. Inició su tarea con una conferencia de prensa en el
gimnasio deportivo de la UNR y luego ofreció una cátedra en el teatro La
Comedia, en la que se explayó sobre el liderazgo, el juego en equipo, los modos
de traspasar conceptos y la interrelación entre pares y jerarquías.
Su periplo continuó durante sábado y
domingo, otra vez, en el gimnasio de la UNR, donde se expresó en torno de cómo
enseñar vóley y sobre los métodos de planificación. Esos conceptos específicos
fueron recibidos con mucho entusiasmo por los miembros de los diferentes
estamentos de las entidades deportivas que se dedican a la disciplina. Además,
fue declarado “visitante distinguido” de la ciudad por iniciativa del Concejo
Municipal. El autor del proyecto fue el concejal Sebastián Chale.
Invitado por la Dirección de Educación
Física de la Universidad Nacional de Rosario y acompañado por el director
Sebastián Palomeque y el entrenador Omar Grasso; Velasco se refirió al papel de
un conductor de grupo: “La tarea del entrenador es hacerle el trabajo más
simple a los jugadores, no complicarlos”, señaló el entrenador de la selección
argentina de vóley.
Respecto de los modos y de la preparación
de los entrenadores, el bicampeón del mundo con Italia señaló: “Yo entiendo que
un entrenador debe tener muchas soluciones a la mano, debe conocerlas todas y
elegir en consecuencia con lo que crea conveniente para cada caso. No me gusta
cuando se tiene una sola y se dice que las demás no son de su gusto. Porque
cuando uno le pregunta sobre esa solución que dice que no le gusta se da cuenta
de que no sabe mucho sobre esa alternativa. Es decir, no eligió sabiendo. Tomó
una posición porque era lo que conocía”, apuntó.
Bajo
la suela
El fútbol siempre fue un tema recurrente en
su vida, posiblemente porque su sueño fue ser jugador de Estudiantes de la
Plata o porque Silvio Berlusconi, por entonces presidente de Milan, dijo sobre
él que lo tenía en mente para reemplazar a Fabio Capello como entrenador del
equipo “rossonero” allá por el 91. De todos modos, Velasco prefiere transitar
otros caminos: “Yo creo en los conocimientos específicos. No creo que
cualquiera pueda hacer cualquier cosa. Además, desconfío de las frases hechas,
soy un enemigo de ellas, sobre todo de una que dice ‘El que quiere puede’. No
todo el que quiere puede, si fuera por querer yo hubiera sido el 10 de
Estudiantes, ni siquiera el 4, el 10 del equipo”, indicó en la charla.
La comparación con el deporte que practicó
y sobre el que hoy enseña es inevitable. Se supone que un técnico multicampeón
como él debería sentirse presionado ante el desafío de ganar siempre y más en
la selección argentina: “Yo no me siento presionado. Si alguna siento presión,
agarro los diarios y leo algo sobre fútbol. Esa sí que es presión. La nuestra
es nada al lado de eso”, aseguró. Y agregó: “Si uno hace este trabajo de alta
competencia y se va a preocupar por lo que digan si uno pierde, que se dedique
a otra cosa. Yo no tuve nunca la pretensión de no ser criticado”. Además,
aseguró: “No es aquí en Argentina, es en todos lados. Cada uno tiene su forma.
Es en Italia, en Irán. Cuanto más popular, más interés despierta y más dinero
hay, la presión es mayor. Es muy lindo tener tanta gente que sigue el fútbol,
pero después todos creen que saben más que el técnico de la selección. El que
jugó, el que no jugó. Si alguna vez logramos que hablen más de voley, también
nos van a criticar más porque habrá más opiniones”.
Velasco sabe con criterio que no se puede
pensar al vóley en términos futboleros: “Pretender ser como el fútbol es un
utopía. Es imposible que ningún deporte ni siquiera se acerque por lo menos en
los próximos 100 años. Creo que sería suficiente para el voley seguir
creciendo”, dijo. Y agregó: “No es que la gente juega al fútbol porque lo pasan
por televisión. Lo pasan por televisión porque todos jugamos al fútbol.
Entonces queremos ver fútbol. Yo no veo esquí, no lo veo porque no sé esquiar.
Mi mujer que sabe esquiar y ve esquí”, dijo Velasco. Y finalizó sobre los modos
de hacer crecer a su deporte: “Nosotros tenemos que hacer jugar a todos al
voley. A los buenos, a los malos, a los gordos, a los flacos, a los altos, a
los bajos; a las madres, para que después en la casa digan ‘poné el voley’. Si
hay cantidad, va a haber calidad”, explicó.
La
inspiración de Pep
Hace un tiempo Josep Guardiola indicó en una charla con el director de cine Fernando Trueba que Julio Velasco le habíarevelado dos cuestiones claves para su carrera: la primera se refería a no
tratar a todos los jugadores del mismo modo; la segunda, a cambiar después de
ganar.
“Lo que dijo Guardiola se exageró mucho. La
repercusión tiene que ver con el lugar que él ocupa y se ha ganado dentro de su
disciplina. Yo no le dije ninguna verdad revelada; es más, ni siquiera
recordaba haberle dicho lo que contó. Pero sí es cierto que pienso eso. De
todas maneras, yo no soy el inspirador de Guardiola ni nada que se le parezca.
Él vino a ver unos entrenamientos en tiempos en los que se preparaba para
dirigir así como fue a ver miles de otros entrenadores y consultó a tanta otra
gente.
El
voley argentino
Por supuesto que también se refirió a los
temas que vino a tratar y de los que más sabe: “El vóley, en nuestro país, es
un milagro porque ha sobrevivido a todo tipo de crisis, el movimiento del
voleibol argentino es extraordinario por el apoyo de todos los actores, a
través de la Liga Nacional, en todas sus categorías y con un gran desarrollo en
el interior del país”. A su vez, recordó el boom del voleibol en los años 70:
“Fue una época extraordinaria para el voleibol argentino pero el movimiento fue
injustamente olvidado por lo que ocurrió en el mundial del 82. Aquel grupo de talentos,
fue el resultado final de un proceso de crecimiento”.
Además, indicó: “Yo no vine a cambiar el
voley argentino, vine a entrenar a la Selección. Si me preguntan los aconsejo,
pero me ocupo solamente de la selección mayor y la sub-23. No quisiera que mi
nombre me ponga en el rol del que decide y orienta”.
En relación al voleibol santafesino,
aseguró: “La federación de la provincia es una de las más importantes del país.
Si nosotros lográramos que todas las provincias tuvieran un nivel parecido, el
voley argentino haría un salto enorme. Está claro que es una provincia como
Buenos Aires que tiene más clubes, más dinero, más recursos. Son realidades que
deberían ser copiadas. Y eso falta”.
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