En los últimos seis meses el estadio
Canalla fue escenario de cuatro episodios de violencia: Orión, Araujo, la
prensa y los hinchas en el juego ante Racing, y ahora el técnico Alfaro
padecieron la visita a Rosario. La secretaría de seguridad de la provincia
clausuró la platea del estadio pero la AFA fue más allá: le prohibió jugar con
público el partido de la quinta fecha ante Temperley.
Alejandro
Mangiaterra
| Cruz del Sur
La Asociación del Fútbol Argentino sancionó
a Rosario Central y no le permitirá jugar con público su próximo duelo como
local. Así el Canalla pagará por los reiterados hechos de violencia en su
estadio. La agresión del pasado sábado a Gustavo Alfaro fue determinante pero
el último de una serie de hechos. De todos modos, las incongruencias en las
sanciones y la superposición de la pena establecida por la casa madre del
fútbol y la secretaría de seguridad deportiva sembraron un panorama plagado de
dudas y críticas.
En primera instancia, la cartera que
comanda Pablo Farías en Santa Fe clausuró la platea de Cordiviola, escenario
del episodio de agresión para con Gustavo Alfaro, DT de Tigre. Sin embargo,
varias horas después la AFA determinó que Central no podrá jugar con su público
el próximo duelo como local, que será en la fecha cinco ante Temperley.
Farías, secretario de seguridad en eventos
deportivos de la provincia, le tiró la pelota a los directivos de la calle
Viamonte al aducir que desde su cartera no están facultados para sancionar, que
lo que ellos pueden hacer es tomar medidas preventivas en seguridad. Eso es lo
que hicieron al suspender la platea, pero evitaron darle el nombre de
“castigo”. A su vez, AFA incitado por los medios y evaluando alguno de los
casos –no todos– en los que por un hecho similar se procedió a la pena de la
prohibición del ingreso de público creyó que era lo más conveniente aplicarle
ese castigo al canalla.
La suspensión de una platea apenas, era el
deseo de los directivos auriazules, quienes pretendían la sanción menor peso
posible. Sin embargo, con el correr de las horas, las noticias cambiaron ese
carácter optimista del inicio y cayó la pena de la AFA.
La recurrencia de este tipo de episodios en
el estadio canalla conformaron un combo explosivo para sus aspiraciones, porque
no sólo en el ámbito local Central debe asumir las consecuencias del
comportamiento de sus hinchas, también en el ámbito continental. La Conmebol lo
sancionó por la agresión de sus hinchas para con el arquero de Boca, Agustín
Orión, en el partido de ida de la Copa Sudamericana jugado en Rosario. Ese
duelo disputado en septiembre del año pasado tuvo su segundo episodio la
primera semana de octubre.
Por la fecha 10 del Campeonato 2014, Carlos
Araujo, futbolista de Lanús recibió una agresión similar a la que sufrió
Alfaro. Un proyectil cayó desde la misma platea pero AFA aquella vez no tomó
medidas.
Caza
de brujas
Sin embargo, todo se vio potenciado cuando
en la última fecha del torneo anterior se desató una suerte de caza de brujas
en el Gigante. Ante la presunta presencia de hinchas de Racing camuflados,
quienes estaban expectantes por la posible coronación de su equipo en Rosario,
barras de Central sacaron a las trompadas del estadio a todo aquel que no
consideraban simpatizante auriazul. Y como si fuera poco, agredieron a la
prensa porteña ubicada en zona de pupitres.
Por lo tanto, aquel episodio ocurrido la
última vez que Central fue local en el 2014 unido a esta agresión para con
Gustavo Alfaro en la primera presentación como local del 2015, hizo eclosión no
sólo en AFA sino también en los medios porteños quienes enfocaron su discurso
en la necesidad de un castigo.
Así, la prohibición de público local no
sería la única medida contra el Canalla. El tribunal de disciplina de la AFA le
aplicará una importante multa económica y podría sufrir cuatro o seis
amonestaciones.
El secretario de seguridad deportiva, Pablo
Farías, expresó: “Venimos siguiendo con mucha preocupación algunos hechos que
se vienen dando en la cancha de Rosario Central. Estamos analizando tomar
medidas”, dijo Farías. Y agregó: “Nosotros no tenemos facultades
sancionatorias, si de restricción por cuestiones de seguridad, lo que vamos a
hacer seguramente es limitar el ingreso a una parte del estadio”, indicó.
En tanto, expresó que la recurrencia de los
episodios resulta alarmante: “Nuestro único fin es sembrar conciencia en la
gente y reducir este tipo de episodios, que en Central ya son muy repetidos”,
destacó Farías.
Acrílicos
Por su parte, la comisión directiva de
Rosario Central aprobó la colocación de acrílicos en distintos sectores del
Gigante, con un acento especial en la zona del banco de suplentes y en los
codos que dan a los córners.
En tal sentido, el vicepresidente segundo
de Central Ricardo Carloni indicó a Cruz del Sur su preocupación por los
acontecimientos y se lamentó que se eche por tierra el trabajo que vienen
realizando: “Creemos que así no se puede seguir. Me pone muy mal que cosas como
estas sigan sucediendo en nuestro estadio”.
Además, indicó que la dirigencia canalla
buscará que la sanción sea lo más leve posible, aunque ya es un hecho que habrá
una pena: “Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esto no
vuelva a ocurrir”.
Mientras tanto, el presidente de Central,
Raúl Broglia, se quejó por la posible suspensión del estadio y anunció:
“Prohibiéndoles el ingreso a los hinchas no se soluciona la violencia en el
fútbol”.
En definitiva, el club está trabajando en
la identificación del agresor y, en tal sentido, la institución emitió un
comunicado en el que indica que se está llevando a cabo una investigación
interna para esclarecer lo acontecido: “Rosario Central ratifica su pleno
compromiso en la erradicación de la violencia en el fútbol y no escatimará
esfuerzos por alejar de las canchas a todos aquellas personas que perjudiquen
con su conducta los intereses de nuestro querido club”.
De todos modos y a pesar de los esfuerzos,
las imágenes que captaron las cámaras son difusas y no se observa quien arrojó
el proyectil. La intención de la comisión directiva es expulsar de por vida al
agresor, por eso busca la colaboración de los testigos del hecho.
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