La
continuidad de Gustavo Raggio fue asegurada, pero los temblores producidos por
la derrota ante Central sigue acumulando réplicas. La dirigencia rojinegra mantiene
su deuda: no pudo ganar el clásico desde su asunción y la crisis toma fuerza en
el Parque Independencia. El entrenador volvió a conducir los entrenamientos y
seguirá hasta diciembre para evitar otro interinato.
Alejandro
Mangiaterra| Cruz
del Sur
Preguntarnos si es correcto que por un
partido, sea cual fuere, se derrumbe una estructura que con dificultades camina
hacia la reconstrucción, tras las ruinas del pasado, es una pregunta para
responder en un momento, tal vez cuando las llamas que hoy rozan el cielo raso
hayan apagado su furia. La dirigencia rojinegra sintió un nuevo cimbronazo tras
la derrota en el clásico ante Central del pasado domingo, la tercera derrota en
seis encuentros desde que comandan el club. Los otros tres fueron empates.
Además, la decisión de Gustavo Raggio de
poner a disposición su cargo al término del partido plantó una nueva dificultad
en el accionar de la dirigencia. Son evidentes las complicaciones que ha tenido
esta conducción para contratar a sus entrenadores, sobre todo en los últimos
tiempos. Por eso, de concretarse la renuncia de Raggio la dirigencia debía
volver a pasar por ese intríngulis de elegir entre los pocos oferentes de
renombre, tal es el pedido del hincha medio.
En consecuencia, luego de la reunión
realizada entre el entrenador y los referentes de la dirigencia, pocas horas
después del partido disputado en el Gigante de Arroyito, consensuaron la
continuidad de Raggio al menos hasta fin del campeonato.
Está visto que Newell´s no tiene objetivos
a la vista en el corto plazo y dejar al equipo sin conductor, obligando a la
dirigencia a imponer otro interinato, sería una decisión de mayor riesgo y que
desgastaría aun más la imagen de la comisión. Por ello, evaluaron que la
continuidad de Raggio sería el mal menor en momento de crisis. La evaluación
que se hizo es que no valía la pena salir a buscar a las apuradas un entrenador
mientras tratan de conseguir algo de aire y tiempo para negociar de cara al
semestre que se iniciará a comienzos de 2015
El cuerpo directivo había sido muy
criticado hace apenas cuatro meses, -mientras los ojos del mundo apuntaban al
mundial de Brasil- porque Newell´s tardaba un tiempo excesivo en la
contratación de su nuevo DT. Se barajaron todo tipo de nombres, desde los más
caros a los menos conocidos, hasta decidirse por alguien del intestino leproso,
el técnico de la quinta división.
En el medio, el enojo y la renuncia de
Ricardo Lunari, quien se había hecho cargo de manera interina del equipo, tras
la salida intempestiva de Alfredo Berti. Lunari era el técnico de la reserva
cuando se vio obligado a asumir como entrenador del primer equipo. Los buenos resultados lo llevaron a conducir
el barco hasta la orilla y llegó al fin del torneo anterior. Tras la marea de
nombres y la negativa de la mayoría de ellos, Lunari pensó que era su momento
para continuar pero la elección de la comisión directiva fue otra: Gustavo
Raggio se hizo cargo del plantel profesional y Lunari estalló de bronca; por
ello, renunció a su cargo de entrenador de la reserva que seguía vigente y a
donde debía regresar.
Es claro que de aquel equipo de Gerardo
Martino sólo quedan los recuerdos. El equipo y los entrenadores que pasaron en
todo este tiempo, trataron de mantener el esquema táctico y la estrategia
desarrollada por Martino, pero el paso del tiempo, el conocimiento de los
rivales, el propio desgaste y la convivencia interna hicieron que el nivel
fuera disminuyendo hasta este pobre presente.
Evitar
repetir la historia
La dirigencia leprosa quiso evitar volver a
transitar los mismos caminos del semestre pasado. Alfredo Berti, que había
iniciado su carrera procedente de las inferiores, como Raggio, renunció a su
cargo pocos días después de haber perdido el clásico ante Central se fue tras
el clásico. El elenco rojinegro cayó ante el canalla 1 a 0 en el Coloso por gol
de Niell el 6 de abril de este año, pero aún tenía un objetivo por delante: la
Copa Libertadores. Cuatro días más tarde, el jueves 10 de abril, la Lepra quedó
eliminado del certamen continental al caer 3 a 1 ante Nacional de Medellín y
Berti se vio obligado a marcharse. Ese episodio requirió el interinato de
Lunari que duró hasta junio.
En tal sentido, la dirigencia decidió obrar
de manera distinta respecto de aquella determinación. Ahora bancarán a Gustavo
Raggio hasta diciembre pero luego es muy probable que el equipo tenga nuevo
conductor.
Los
números de Raggio
A pesar de las críticas hasta hace quince
días los números le daban la razón al entrenador, sin embargo, a veces regirse
por la estadística es tener una visión acotada y poco clara del panorama. Como
entrenador en Primera División, Raggio gano cuatro partidos, empató cinco y
perdió tres, los últimos tres.
Hasta el derrumbe que se produjo ante
Banfield el 29 de septiembre, el equipo compartía nada más que con River, el
mejor del torneo, su rango de invicto. Luego de la caída 0-3 en casa ante el
Taladro, el equipo mostró algún grado de recuperación ante Quilmes, pero volvió
a caer en casa ante el Millonario. De todos modos, el detonante fue sin dudas
el tropezón ante Central.
Convivir
entre egos
Si hay algo que caracterizó a Newell´s en
los últimos tiempos fue el sentido de pertenencia, el alto grado de compromiso
que mostraron los referentes del plantel que regresaron a jugar a un equipo que
los necesitaba. Hoy se pone en discusión si esa unión, ese amiguismo dentro del
vestuario, ha jugado en contra del poder que pueda establecer el entrenador
como conductor, como el hombre que toma las decisiones.
Lo concreto es que lo que se observa desde
afuera es que hasta aquí primó la decisión de no cambiar los modos de jugar
dentro de la cancha y esa decisión, según Raggio, es suya. Sea de quien fuera,
es evidente que necesita una revisión. Si desde las plateas, los palcos y la
popular se observa que los caminos que antes conducían al sitio elegido hoy
están cerrados, es impropio de la jerarquía de los jugadores y de la
inteligencia del conductor no advertir que lo que se impone es un cambio en las
formas.
Solo
una voz
En el regreso a los entrenamientos, los
jugadores decidieron no responder preguntas de la prensa. Lucas Bernardi tomó
el micrófono acompañado por sus compañeros en la sala de conferencias y sólo se
remitió a expresar que el plantel se sentía muy golpeado por el momento que
vive.
Secundado por Scocco, Mateo, Víctor López,
Mateo y Maxi Rodríguez, el capitán rojinegro tomó la palabra y expresó:
"Mi voz es la del plantel entero, estamos dolidos y, como lo hicimos en
las buenas, estamos unidos".
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