miércoles, 22 de octubre de 2014

Se movieron los cimientos

La continuidad de Gustavo Raggio fue asegurada, pero los temblores producidos por la derrota ante Central sigue acumulando réplicas. La dirigencia rojinegra mantiene su deuda: no pudo ganar el clásico desde su asunción y la crisis toma fuerza en el Parque Independencia. El entrenador volvió a conducir los entrenamientos y seguirá hasta diciembre para evitar otro interinato.


Alejandro Mangiaterra| Cruz del Sur


Preguntarnos si es correcto que por un partido, sea cual fuere, se derrumbe una estructura que con dificultades camina hacia la reconstrucción, tras las ruinas del pasado, es una pregunta para responder en un momento, tal vez cuando las llamas que hoy rozan el cielo raso hayan apagado su furia. La dirigencia rojinegra sintió un nuevo cimbronazo tras la derrota en el clásico ante Central del pasado domingo, la tercera derrota en seis encuentros desde que comandan el club. Los otros tres fueron empates.



Además, la decisión de Gustavo Raggio de poner a disposición su cargo al término del partido plantó una nueva dificultad en el accionar de la dirigencia. Son evidentes las complicaciones que ha tenido esta conducción para contratar a sus entrenadores, sobre todo en los últimos tiempos. Por eso, de concretarse la renuncia de Raggio la dirigencia debía volver a pasar por ese intríngulis de elegir entre los pocos oferentes de renombre, tal es el pedido del hincha medio.


En consecuencia, luego de la reunión realizada entre el entrenador y los referentes de la dirigencia, pocas horas después del partido disputado en el Gigante de Arroyito, consensuaron la continuidad de Raggio al menos hasta fin del campeonato.


Está visto que Newell´s no tiene objetivos a la vista en el corto plazo y dejar al equipo sin conductor, obligando a la dirigencia a imponer otro interinato, sería una decisión de mayor riesgo y que desgastaría aun más la imagen de la comisión. Por ello, evaluaron que la continuidad de Raggio sería el mal menor en momento de crisis. La evaluación que se hizo es que no valía la pena salir a buscar a las apuradas un entrenador mientras tratan de conseguir algo de aire y tiempo para negociar de cara al semestre que se iniciará a comienzos de 2015


El cuerpo directivo había sido muy criticado hace apenas cuatro meses, -mientras los ojos del mundo apuntaban al mundial de Brasil- porque Newell´s tardaba un tiempo excesivo en la contratación de su nuevo DT. Se barajaron todo tipo de nombres, desde los más caros a los menos conocidos, hasta decidirse por alguien del intestino leproso, el técnico de la quinta división.


En el medio, el enojo y la renuncia de Ricardo Lunari, quien se había hecho cargo de manera interina del equipo, tras la salida intempestiva de Alfredo Berti. Lunari era el técnico de la reserva cuando se vio obligado a asumir como entrenador del primer equipo.  Los buenos resultados lo llevaron a conducir el barco hasta la orilla y llegó al fin del torneo anterior. Tras la marea de nombres y la negativa de la mayoría de ellos, Lunari pensó que era su momento para continuar pero la elección de la comisión directiva fue otra: Gustavo Raggio se hizo cargo del plantel profesional y Lunari estalló de bronca; por ello, renunció a su cargo de entrenador de la reserva que seguía vigente y a donde debía regresar.


Es claro que de aquel equipo de Gerardo Martino sólo quedan los recuerdos. El equipo y los entrenadores que pasaron en todo este tiempo, trataron de mantener el esquema táctico y la estrategia desarrollada por Martino, pero el paso del tiempo, el conocimiento de los rivales, el propio desgaste y la convivencia interna hicieron que el nivel fuera disminuyendo hasta este pobre presente.


Evitar repetir la historia


La dirigencia leprosa quiso evitar volver a transitar los mismos caminos del semestre pasado. Alfredo Berti, que había iniciado su carrera procedente de las inferiores, como Raggio, renunció a su cargo pocos días después de haber perdido el clásico ante Central se fue tras el clásico. El elenco rojinegro cayó ante el canalla 1 a 0 en el Coloso por gol de Niell el 6 de abril de este año, pero aún tenía un objetivo por delante: la Copa Libertadores. Cuatro días más tarde, el jueves 10 de abril, la Lepra quedó eliminado del certamen continental al caer 3 a 1 ante Nacional de Medellín y Berti se vio obligado a marcharse. Ese episodio requirió el interinato de Lunari que duró hasta junio.


En tal sentido, la dirigencia decidió obrar de manera distinta respecto de aquella determinación. Ahora bancarán a Gustavo Raggio hasta diciembre pero luego es muy probable que el equipo tenga nuevo conductor.


Los números de Raggio


A pesar de las críticas hasta hace quince días los números le daban la razón al entrenador, sin embargo, a veces regirse por la estadística es tener una visión acotada y poco clara del panorama. Como entrenador en Primera División, Raggio gano cuatro partidos, empató cinco y perdió tres, los últimos tres.


Hasta el derrumbe que se produjo ante Banfield el 29 de septiembre, el equipo compartía nada más que con River, el mejor del torneo, su rango de invicto. Luego de la caída 0-3 en casa ante el Taladro, el equipo mostró algún grado de recuperación ante Quilmes, pero volvió a caer en casa ante el Millonario. De todos modos, el detonante fue sin dudas el tropezón ante Central.


Convivir entre egos


Si hay algo que caracterizó a Newell´s en los últimos tiempos fue el sentido de pertenencia, el alto grado de compromiso que mostraron los referentes del plantel que regresaron a jugar a un equipo que los necesitaba. Hoy se pone en discusión si esa unión, ese amiguismo dentro del vestuario, ha jugado en contra del poder que pueda establecer el entrenador como conductor, como el hombre que toma las decisiones.


Lo concreto es que lo que se observa desde afuera es que hasta aquí primó la decisión de no cambiar los modos de jugar dentro de la cancha y esa decisión, según Raggio, es suya. Sea de quien fuera, es evidente que necesita una revisión. Si desde las plateas, los palcos y la popular se observa que los caminos que antes conducían al sitio elegido hoy están cerrados, es impropio de la jerarquía de los jugadores y de la inteligencia del conductor no advertir que lo que se impone es un cambio en las formas.


Solo una voz


En el regreso a los entrenamientos, los jugadores decidieron no responder preguntas de la prensa. Lucas Bernardi tomó el micrófono acompañado por sus compañeros en la sala de conferencias y sólo se remitió a expresar que el plantel se sentía muy golpeado por el momento que vive.



Secundado por Scocco, Mateo, Víctor López, Mateo y Maxi Rodríguez, el capitán rojinegro tomó la palabra y expresó: "Mi voz es la del plantel entero, estamos dolidos y, como lo hicimos en las buenas, estamos unidos".

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