Rosario Central le ganó 2 a 0 a Newells y
se quedó con un nuevo superclásico rosarino. Franco Niell y Nery Dominguez
anotaron para el canalla y desataron un delirio Gigante. Russo se convirtió en
el primer DT en la historia auriazul en ganar tres clásicos al hilo.
Alejandro
Mangiaterra| Cruz
del Sur
Ya no hay duda de que Central sabe cómo
jugar este tipo de partidos y como anular a su rival. El canalla se quedó con
su tercer clásico en seguidilla y por ello Miguel Ángel Ruso ingresó en la
historia grande de la institución como el primer entrenador en conseguirlo.
Central le ganó 2 a 0 a Newells con goles
de Franco Niell y Nery Domínguez para
ampliar la ventaja en el historial entre ambos. El conjunto canalla salió desde
el inicio con la necesidad de jugar un partido similar al ocurrido hace seis
meses. De todos modos, Newells pareció no anoticiarse de las intenciones de los
de Russo. El elenco de Arroyito presionó, anticipó, no dejó jugar a su rival a
partir de ello empezó a generar sus propios espacios y sus llegadas.
Musto jugó un partido tácticamente perfecto
en la contención de Bernardi, Domínguez se adueñó del medio juego, Encina tuvo
el carril libre para correr y Central empezó allí a ganar el partido.
En tanto, Raggio puso a Orzan pata contener
y a Bernardi para jugar con Villalba en la lepra pero Central se decidió a
saltear esa línea y atacar frontal con sus atacantes. Desde abajo partían los
pelotazos a los espacios vacíos y el canalla se sintió dominador. Becker, Niell
y Delgado ocuparon las espaldas de Orzan y atacaron directo a Díaz y a
Fernández.
El primer gol llegó producto de una
asociación y un desborde por el otro sector. Central tocó y abrió espacios con
Ferrari para que el ex River asista con su centro a Niell para abrir el
partido.
Tras el gol canalla, la reacción leprosa la
encabezó Scocco. El único que dio muestras de rebeldía. Nacho se género una
acción personal y reventó el palo. En el rebote Maxi lo perdió sólo debajo del
arco de manera increíble.
El segundo grito llegó producto de otro
desborde por ese carril, pero el centro mas cerrado obligó a Ustari a responder
cargado por Abreu. El rebote lo capitalizo Domínguez que de zurda marcó el
nuevo tanto ante el impávido arquero leproso.
En el segundo tiempo solo hubo tiempo para
la impotencia de Scocco y el descontrol de Leandro Figueroa, ambos terminaron
expulsados. Macho por un gesto desmedido ante un penal que quiso inventar y el
volante por una patada inexplicable.
El segundo tiempo se jugó a pedir del
canalla. Los de Russo disfrutaron de un partido muy cómodo en el que su rival
no tuvo una sola idea. Está visto que Russo tiene la receta porque el clásico
volvió a ser auriazul.
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